En el marco del Día Internacional de la Niña a celebrarse cada 11 de octubre, Alejandra Viridiana Espinoza Romo, Doctora en Psicología y docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad De La Salle Bajío compartió la importancia del empoderamiento de las niñas en la construcción de la sociedad del futuro.
Explicó que, garantizar los Derechos Humanos es necesario para el desarrollo óptimo de las sociedades, sin embargo, a las mujeres, niñas y adolescentes se les vulneran de forma constante. Durante largos periodos la sociedad ha enfrentado desigualdades en materia de libertad, salud, seguridad, educación, democracia, entre otras. La violencia aparece en todas las esferas y las brechas de género están lejos de estrecharse.
“Si bien, las palabras igualdad de género y empoderamiento de la mujer siguen siendo encabezados de informes y programas tanto nacionales como internacionales, la realidad es que la consolidación de ello en la acción dista de ser una verdad para la mayoría, la desigualdad entre hombres y mujeres sigue estando profundamente arraigada e inicia desde temprana edad”, expresó la experta.
También, señaló que el papel de la sociedad y la cultura en la perpetuación del statu quo ha traído consigo la resistencia al cambio en patrones de conducta que promueven formas de violencia hacia las niñas y adolescentes; los embarazos adolescentes, embarazos no deseados y el matrimonio infantil son ejemplos claros; “Además de lo anterior, en muchas de las culturas el trabajo relacionado al cuidado de los otros, y las labores domésticas son impuestas como un deber a las mujeres, en la mayoría de las ocasiones, omitiendo una remuneración monetaria, limitando así la independencia económica”, comentó.
La Dra. Alejandra explicó que si bien, el empoderamiento (significándolo como ganar poder) suele concebirse como el resultado de un camino individual e interno que supone que cada persona desarrolla las habilidades para poder hacerle frente a los desafíos que se le presenten, hablar del empoderamiento de las niñas tiene que entenderse como el resultado de un proceso colectivo en el cual, la sociedad y cultura tendrán un rol fundamental tanto en el reconocimiento, como en la garantía de los Derechos de ellas.
“En la búsqueda de dicho empoderamiento, la Organización de la Naciones Unidas (ONU) declaró el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña, en un esfuerzo por reconocer tanto sus Derechos como los problemas que enfrentan las niñas en todo el mundo”.
También, la experta dijo que, particularmente en países como los que integran América Latina, a la experiencia de ser niña se le atraviesan dos factores; el ser mujer y ser menor de edad, es decir, se encuentran condicionadas por sistemas de discriminación, opresión y exclusión vigentes en la sociedad, una sociedad patriarcal y adultocéntrica.
Afirmó que, entre las estrategias para alcanzar el empoderamiento de las niñas, la educación se erige como clave, entendiéndola en su sentido más amplio y no limitado a los espacios académicos. Es indispensable que todas las esferas que integran la sociedad sen partícipes de esta educación, proporcionando información libre de prejuicios, veraz, precisa y adecuada.
“De forma paralela, es de suma importancia la participación de las mujeres en puestos estratégicos para la toma de decisiones de índole político y social promoviendo espacios seguros para el ejercicio de sus derechos. Además, asegurar para ellas, el acceso a servicios de salud en donde se garantice su dignidad humana”, señaló la Doctora.
Además de lo anterior, expresó que un paso sustancial para el cambio social es reconocer a las niñas como agentes activas dentro de la comunidad, así como protagonistas de su vida, valorar sus experiencias y potenciar sus aprendizajes.
“Los movimientos y la lucha de las mujeres tienen una larga historia, a décadas de su inicio, vale la pena preguntarnos ¿qué hemos conseguido? Como siempre, el cambio en las sociedades y en las culturas es un movimiento lento y en muchas de las ocasiones desgastante. Tendremos que considerar que, si bien la lucha la hacemos en el presente, se hace con la esperanza de que serán las niñas del mañana aquellas que podrán gozar de los derechos que hoy son privilegios, o como lo refiere Eufrosina Cruz “arrebatando los derechos que la vida niega”, finalizó.
