El transporte público es la clave para el crecimiento de Irapuato
El transporte público es un elemento fundamental para el desarrollo y crecimiento de una ciudad. En el caso de Irapuato, la falta de atención y empatía por parte de la administración municipal ha generado numerosos problemas en el sistema de transporte público, afectando a miles de irapuatenses en su día a día. En este artículo, exploráremos las dificultades que enfrenta el transporte público en Irapuato, las consecuencias negativas para los ciudadanos y la necesidad de un cambio en la forma en que se aborda este importante aspecto de la vida urbana.
El transporte público en Irapuato a lo largo de los años
Desde la década de los noventa, los irapuatenses han experimentado dificultades en el transporte público. La introducción de las llamadas «Combis», pequeñas unidades adaptadas para el transporte público, trajo consigo una serie de problemas mecánicos, mal servicio y falta de horarios, entre otros. A partir de los años 2000, se implementaron unidades más grandes y nuevas, se realizaron cambios en las rutas y se crearon nuevas, lo que parecía señalar una modernización en el transporte público de Irapuato. Sin embargo, en las últimas administraciones municipales, el transporte público no ha sido considerado como una prioridad, a excepción de la creación del Sistema Integral de Transporte de Irapuato (SITI), cuya efectividad aún está por verse.
El problema actual y la falta de empatía
En mayo pasado, el gobierno estatal y municipal anunciaron el lanzamiento de SITI pago, un sistema de prepago en el transporte público de Irapuato. Durante este evento, llamó la atención una foto en la que aparecían la alcaldesa Lorena Alfaro García y la posible candidata de Acción Nacional al gobierno del estado, Libia Dennise García, sentadas juntas en una unidad de transporte público. Esta imagen generó críticas y comentarios en las redes sociales, evidenciando la falta de experiencia de las funcionarias en el uso real del transporte público. La hipocresía personal y política se convirtió en tema de debate, destacando la desconexión entre los gobernantes y la realidad que enfrentan los ciudadanos a diario.
La necesidad de empatía y cambio
Si bien no es un delito nunca haber utilizado el transporte público, como funcionarios públicos es fundamental mostrar empatía hacia los ciudadanos. Algunas personas sugieren que la administración municipal debería obligar a sus funcionarios de alto nivel a utilizar el transporte público, de manera que puedan experimentar las precarias condiciones de las unidades, los problemas mecánicos, los horarios y la excesiva contaminación acústica, como la música a todo volumen. De esta manera, los síndicos, regidores y directores de dependencias comprenderían los desafíos que enfrentan a diario miles de irapuatenses.
La importancia del cambio ciudadano
Es evidente que los intereses y la corrupción en las administraciones municipales dificultan un cambio efectivo en el sistema de transporte público de Irapuato. Por lo tanto, es imperativo que surja un cambio ciudadano, liderado por una persona que comprenda las necesidades que los políticos tradicionales no ven o no consideran importantes. Un ciudadano comprometido y sensible puede marcar la diferencia que Irapuato necesita desesperadamente. No se puede permitir que Irapuato se estanque con un sistema de transporte diseñado hace casi 20 años y rutas obsoletas, como la ruta 14, que tarda más del doble del tiempo necesario para llegar al centro desde la colonia Apatzingán. La movilidad en una ciudad es de suma importancia si se aspira a ser una ciudad grande, y ha llegado el momento de un cambio.
El transporte público es fundamental para el crecimiento y desarrollo de Irapuato. La falta de empatía por parte de la administración municipal ha generado numerosos problemas en el sistema de transporte, afectando negativamente la calidad de vida de los ciudadanos. Es necesario un cambio que priorice las necesidades de los irapuatenses y proporcione un transporte público eficiente, seguro y accesible. El poder de transformación recae en los ciudadanos, quienes deben alzar su voz y exigir un cambio en beneficio de todos.